En el mundo de la seguridad y salud en el trabajo, históricamente se ha centrado gran parte del aprendizaje en los accidentes y fallos, aprender del error. Sin embargo, el enfoque está cambiando, y ahora se valora cada vez más aprender del trabajo diario. Esto implica entender no solo lo que sale mal, sino también lo que se hace bien todos los días. Este enfoque, conocido como “aprender del trabajo diario”, es fundamental para fortalecer la resiliencia organizacional y promover una mejora continua que beneficie tanto a los trabajadores como a las organizaciones.
¿Por qué aprender del trabajo diario?
Brent Sutton, Todd Conklin y otros autores del libro The Practice of Learning Teams afirman que la clave para una verdadera mejora en la seguridad es aprender de la forma en que se realiza el trabajo cotidiano. En lugar de esperar a que ocurran incidentes, es esencial observar cómo los trabajadores completan sus tareas con éxito la mayor parte del tiempo. Esto nos permite identificar patrones de éxito y áreas donde pueden surgir pequeños problemas antes de que se conviertan en algo mayor.
Los autores destacan que el aprendizaje diario no solo se trata de evitar accidentes, sino de captar los “pequeños cambios” o weak signals que podrían dar lugar a mejoras incrementales. Estos indicios débiles son situaciones rutinarias que pueden no ser detectadas por los sistemas tradicionales de gestión de seguridad, pero que aportan información valiosa para fortalecer las capacidades organizativas y la adaptabilidad de los trabajadores.
Fortaleciendo la resiliencia a través de los Equipos de aprendizaje
El concepto de Learning Teams o Equipos de Aprendizaje ofrece una plataforma para que los trabajadores reflexionen y compartan sus experiencias sobre cómo se realiza el trabajo en condiciones normales. Esta reflexión grupal permite identificar mejoras operacionales que no siempre son visibles desde la gestión. Al fomentar estas discusiones en torno al trabajo cotidiano, las organizaciones pueden ajustar sus sistemas y procesos para apoyar mejor a sus empleados y anticipar riesgos antes de que se materialicen.
El trabajo de Sutton y Conklin propone un cambio de paradigma: pasar de una mentalidad reactiva a una proactiva, donde los equipos de trabajo sean los protagonistas en la identificación de riesgos y en la generación de soluciones.
Impacto en la gestión de riesgos psicosociales
Uno de los grandes descubrimientos al aplicar este enfoque es su impacto positivo en la gestión de riesgos psicosociales. Al involucrar a los trabajadores en la toma de decisiones sobre cómo se organiza el trabajo, se aumenta su sentido de control y autonomía, lo que mejora su bienestar psicológico. En entornos donde la seguridad ha sido utilizada como herramienta de control, esta nueva visión permite que los empleados sientan que son parte del proceso de mejora, en lugar de estar sujetos a reglas impuestas de manera unilateral.
El aprendizaje del trabajo diario es un enfoque que beneficia tanto a los trabajadores como a las organizaciones. No se trata solo de evitar errores, sino de identificar y reforzar lo que ya funciona bien. Esta perspectiva permite a las empresas anticipar riesgos, mejorar continuamente sus sistemas y, lo más importante, asegurar que sus trabajadores se sientan valorados y apoyados en su día a día.
En PrevenControl, creemos que este enfoque es clave para seguir avanzando hacia una cultura de seguridad más inclusiva, donde el aprendizaje continuo y la adaptación sean pilares fundamentales de la gestión preventiva. ¡Sigamos aprendiendo, no solo de lo que va mal, sino de lo que hacemos bien cada día!
Si quieres sabes más, te dejamos este podcast de nuestra compañera Laura Rodríguez.
Este enfoque del aprendizaje diario resalta la importancia de incluir a los trabajadores en el proceso de mejora continua. Si tu organización está lista para dar este paso, contáctanos en PrevenControl.