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Decía el escritor recientemente fallecido Spencer Johnson que “notar enseguida los pequeños cambios ayuda a adaptarse a los cambios más grandes que están por llegar” y creo que esta reflexión es perfectamente aplicable a la actual Ergonomía y Psicosociología Aplicada.
Como todos los años, los próximos días 9, 10 y 11 de noviembre nos volveremos a reunir en Avilés, en el seno del 7º Congreso Internacional de Ergonomía y Psicosociología Aplicada, un buen número de profesionales y amantes de esta disciplina que ya estamos notando esos pequeños cambios. Si uno echa la mirada hacia atrás y revisa las ponencias del 1º Congreso Internacional de Ergonomía que organizamos allá por el 2005, se daría cuenta de que la mayoría de las ponencias o mesas redondas contenían en su título la palabra ergonomía: “Aplicación sistemática de la ergonomía….”; “La relevancia de la ergonomía en el diseño…”; “Formación de grupos de ergonomía en….”. Y cualquiera me podría decir “Elemental querido Watson” … pues quizás no sea tan evidente, quizás esta premisa no fuera tan excluyente como podríamos pensar. Así como muchos de nosotros pusimos en boca de Sherlock Holmes esa expresión cuando nunca fue pronunciada por el archiconocido detective en ninguna de sus novelas, ¿no se podría hablar de ergonomía sin citarla? Pues en este nuevo Mundo, creemos firmemente que sí que se podría.
Hablar del factor humano en el ámbito sanitario es hablar de mucho más que de la manipulación de enfermos o de diseño ergonómico de centros sanitarios. La perspectiva “del” y “para” el paciente conlleva reconsiderar las estrategias de comunicación, gestión, simulación… ¿Alguien puede pensar HOY en mejorar las condiciones de trabajo en una organización sanitaria sin considerar las conexiones existentes con los pacientes?
La irrupción de las nuevas tecnologías (no sólo en el ámbito laboral): realidad aumentada, robótica, exoesqueletos, realidad virtual… ha impactado en la manera en que nos estamos relacionado con el mundo que nos rodea y ha provocado un cambio en lo “humano” que actualmente nadie puede poner en duda. Pero… ¿es oro todo lo que reluce? Comprender en qué consisten estas tecnologías es importante, pero más importante es tener claro que se quiere de ellas, con que factor humano se cuenta y que efectos secundarios provocan. ¿Alguien puede pensar HOY en transformar digitalmente una organización sin considerar un cambio cultural?
La evolución de los mercados ha provocado que las relaciones que actualmente las empresas tienen con los clientes sean muy diferentes a las que estábamos acostumbrados incluso hace pocos años. Y esto se ha extendido a los otros clientes, los internos, a los propios empleados de las organizaciones. Y esto a su vez implica nuevos retos para los departamentos de Recursos Humanos que deben afrontar nuevas políticas de transferencia del conocimiento, de retención del talento, de responsabilidad social, de gestión del absentismo… ¿Alguien puede pensar HOY en diseñar una organización sin que ésta esté centrada en las personas?
Por todo ello y como presidente del Comité Científico me pregunto… ¿alguien puede pensar HOY en reunir a profesionales de la Ergonomía y la Psicosociología sin afrontar este tipo de cuestiones (y otras más similares)? Pues os invito a que compartáis vuestro tiempo, en el incomparable marco del Centro Niemeyer, con reputados profesionales nacionales e internacionales que a cambio nos explicarán sus enriquecedoras experiencias, que aunque muchas veces ni ellos mismos sepan, son en realidad ERGONOMÍA en mayúsculas.
