Todas las personas que nos siguen de forma habitual en nuestro blog saben que uno de nuestros principales focos es la evolución de la cultura preventiva dentro de las organizaciones.
Uno de los puntos clave a la hora de empezar a evolucionar nuestra cultura preventiva pasa por implicar a la alta dirección de nuestra organización.
Un buen comienzo es conseguir tener una sesión de trabajo con el Comité de Dirección donde, aparte de empezar a establecer un marco y lenguaje común en cultura preventiva, se les trasladen los posibles beneficios de este tipo de procesos.
- El primero, hacia las personas. Los procesos de evolución cultural permiten generar un entorno de trabajo colaborativo donde todo el mundo se pone a trabajar en post de un objetivo común: La seguridad y salud cómo valor intrínseco.
2. El punto anterior implicará la generación de entornos más seguros y saludables, con el consiguiente aumento de la motivación y satisfacción de las personas que forman parte de la organización.
3. Esto nos ayudará poco a poco a mejorar el bienestar global de la organización y con ello a incrementar el orgullo de pertenencia a la misma. Las personas se sentirán orgullosas de la labor que desarrollan en el día a día.
4. El Compromiso de Seguridad y Salud total se irá afianzando poco a poco en toda la organización, de forma que nuestra cultura preventiva se convertirá en la base de la mejora continua de la organización.
5. Mejora continua que nos permitirá reducir las incidencias y desviaciones en nuestros procesos y la mejora de la calidad de nuestros servicios y productos.
6. Invertir en cultura de seguridad nos permitirá posiciarnos a nivel estratégico, ya no sólo dentro del sector sino a nivel global. Seguro que todos conocemos empresas que son referentes a nivel de seguridad y salud y son reconocidas a nivel mundial en ese campo.
7. Gracias a ello, empezaremos a generar una reacción en cadena, lo cual nos hará ser más atractivos ya no sólo para nuestros empleados, sino para los posibles stakeholders (inversores, accionistas…). Poner en valor los resultados obtenidos mediante campañas de comunicación adecuadas así como las memorias de responsabilidad corporativa son claves para este propósito.
8. Invertir en cultura preventiva también nos permitirá poder optar a reconocimientos por nuestro buen quehacer en el día a día, que incrementará todavía más nuestro prestigio como organización. Ejemplo de ello son el premio meps2 o los premios prevencionar.
9. Al incrementar de forma progresiva a la seguridad y salud en nuestra organización, mejorará la organización de forma global e iremos reduciendo los accidentes y las bajas (tanto las derivadas de accidentes como de absentismo).
En ese sentido, debemos recordar que por cada 1 € invertido en seguridad y salud, se obtiene un retorno de 2,2 € (Fuente: Informe ISSA), y se reducen los costes asociados a los accidentes de trabajo. Muestra de ellos es el resumen recopilado en el Estudio sobre los costes de la no prevención publicado por la CEOE, donde se muestra que el coste de los accidentes va desde 732 € de media por accidente leve a entre 10.307-35.580 € por accidentes graves, muy graves y mortales.
10. Por último, cerramos el ciclo con las personas que indicábamos en el primer punto. Son el mayor activo de nuestra organización y debemos adoptar las medidas necesarias para que vuelvan a su hogar, como mínimo, en las mismas condiciones en las que han llegado a trabajar. Ese es y será siempre el fin último de la mejora en cultura preventiva.
Si quieres que te ayudemos a evolucionar tu cultura preventiva no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
