El otro día hablaba con una persona responsable de un departamento de seguridad y salud y comentaba que se cansaba solo de pensar en volver a ver caras largas y oír soplidos de sus propios compañeros y compañeras al asistir a formaciones que organizaba. Según comentaba, empezaba a tener la percepción de que la distancia entre el departamento de seguridad y las personas estaba empezando a ser insalvable y quería reinventar la formación de seguridad dentro de su organización.
Si te identificas con la historia (aunque no es necesario) queremos ayudarte con 3 pasos que te guien a autoevaluar cómo está impactando la formación en seguridad a las personas de tu organización.
Paso 1: analizar qué pasa (punto de partida)
El primer punto es conocer si realmente esa percepción es real, pues aunque muchas veces las sensaciones pueden acercarse a la realidad, otras veces no dejan ver más allá.
Empezar por revisar los datos de las encuestas de «satisfacción» de las formaciones realizadas en años anteriores sería un punto de partida, pero no el único, pues se debería contrastar con información más «subjetiva», por ejemplo, preguntando a distintas personas (aleatorias) que hayan hecho formación con anterioridad.
Algunas preguntas podrían ser «abiertas», para poder «escuchar» el feedback de las personas, siempre de una forma abierta y constructiva; recomendamos hacerlo de forma aleatoria (muchas veces hay tendencia a preguntar a personas cuya respuesta podemos casi conocerla de antemano).
Algunos ejemplos de pregunta podrían ser:
- ¿Qué opinas de la formación de seguridad?
- ¿Qué tal fue la formación de seguridad el año pasado?
Es recomendable combinarlas con otras preguntas más específicas, que nos ayuden a conocer si el conocimiento perdura en el tiempo y otras relacionadas con la experiencia de la persona usuaria.
Algunas podrían ser:
- ¿Qué significa exactamente esta señal, simbología…?
- ¿Cómo se realiza esta operativa de forma segura?
- ¿De qué te acuerdas de la última formación que hiciste?
- ¿Qué es lo que más te llamó la atención de…?
- ¿La formación es divertida? ¿Se te hace pesada?
- ¿Qué mejorarías (o cambiarías) de las formaciones?
Hazte las mismas preguntas y respóndelas honestamente
Te recomendamos que estas mismas preguntas te las hagas a ti mismo/a de forma previa, ya que te ayudará a prepararte para las críticas (en algún caso es posible que no sea del todo constructiva de lo que te gustaría).
También te servirá para poder ordenar el cerebro con aquellas «conclusiones» previas que extraigas y reforzarlas (o no) con las respuestas.
Algunas respuestas de mejora habituales (hay muchas más), podrían estar relacionadas con:
- El dinamismo de la formación: es aburrida / se hace pesado;
- La adaptación del día a día: no se adapta a mi realidad / la realidad de mi puesto / es solo teoría, la práctica no tiene nada que ver;
- El tiempo: no hay tiempo suficiente / dura demasiado;
- El valor de la seguridad: esto solo se hace para cumplir la Ley.
Paso 2: poner foco (priorizar qué quiero conseguir)
Una vez disponemos del análisis debemos poner foco en qué queremos mejorar; destacar que es la parte más difícil, pues nos gustaría hacer muchos cambios, pero a veces ni el tiempo, ni el dinero, ni la realidad o el momento de nuestra organización están preparadas para estos, por lo que si realmente se quiere reinventar la formación en seguridad, es necesario centrarse en algún objetivo alcanzable.
Nuestra recomendación es que hagas dos o tres «titulares de prensa», pensando en qué te gustaría conseguir y proyectar desde el departamento.
Posteriormente, quédate con un titular sobre el que poner foco, con el objetivo de cumplirlo siempre (si además puedes cumplir otros titulares, genial). Siguiendo el ejemplo anterior, un titular podría ser «las formaciones deben ser más divertidas / amenas».
Paso 3: cómo reinventar la formación en seguridad
Para reinventar la formación en seguridad, quién mejor que tú conoce la organización, las personas que la forman y sus motivaciones, experiencias pasadas (con o sin éxito).
Te animamos a que te tomes un tiempo (cortito) en pensar de una forma abierta sobre qué puede funcionar.
De forma previa, también puedes pedir opinión a las personas, pues ayuda a motivar y además puede orientarte sobre qué les gustaría trabajar y aprender en materia de seguridad.
En la fase de diseño y ejecución, te recomendamos seguir los 6 principios de aprendizaje de Sharon Bowman (puedes pinchar aquí para ampliar la información).
Se trata de unos principios muy sencillos y cuántos más cumplas, más cerca estarás del éxito:
- Fomentar la «acción» a través de actividades
- Potenciar la participación de las personas
- Mostrar contenido audiovisual (realista)
- Fomentar el trabajo en equipo y/o la competición
- Llevar a cabo acciones formativas concretas y cortas
- Hacer algo diferente a lo de «siempre»
Siguiendo con la fase posterior a la ejecución, te recomendamos iniciar nuevamente el círculo (es decir, el paso 1) de una forma más temprana, con objeto de mejorar continuamente.
Algunos ejemplos sencillos
Reanudando el ejemplo anterior («las formaciones deben ser más divertidas / amenas»), te damos algunas ideas sencillas:
- Pedir opinión a través de una encuesta previa.
- Adaptar juegos clásicos: buscar las 7 diferencias (con fotografías reales del entorno), jugar a la palabra prohibida (tabú), el ahorcado, sopas de letras…
- Fomentar una competición de preguntas por equipos, por ejemplo, usando herramientas de votación en directo, como menti o slido.
¿Sigues interesado/a en el tema? Desde PrevenControl disponemos de dinámicas diferentes que generan impacto y que pueden ayudarte a reinventar la formación de seguridad en tu organización. Contacta con nosotros.
