En el campo de la seguridad y salud en el trabajo, la búsqueda del “cero accidentes” ha sido una meta ampliamente promovida. Sin embargo, este objetivo, aunque bien intencionado, puede llevar a resultados contraproducentes si no se aborda con una comprensión adecuada de lo que realmente significa una cultura preventiva. Es esencial, por tanto, diferenciar entre “cero accidentes” y “cero daños”, conceptos a menudo confundidos en el discurso preventivo.
Las nuevas visiones de la seguridad y el error común
Los nuevos enfoques de la seguridad internacionalmente reconocidos (HOP, Vision Zero, Safety II…), no se centran en la eliminación total de accidentes, sino en la prevención de daños. Este matiz es fundamental. Los objetivos de perfección absoluta son raramente realistas, ya sea en el deporte profesional o en la gestión de la seguridad. Ningún jugador de fútbol pretende marcar en cada intento, del mismo modo que en seguridad laboral, la búsqueda de cero accidentes puede ser inalcanzable y generar desmotivación si no se maneja adecuadamente.
Un objetivo de cero accidentes ignora la realidad del entorno laboral y puede llevar a efectos secundarios no deseados. En su lugar, estas nuevas visiones proponen una orientación más realista: aceptar que las personas cometen errores, pero que dichos errores no deben conllevar daños para los trabajadores.
Por qué el “Cero Daños” tiene más sentido
- Falta de Realismo: Pretender que una organización puede evitar todos los accidentes no es realista y puede erosionar la credibilidad del programa preventivo. Los incidentes y accidentes, por pequeños que sean, ocurrirán inevitablemente, y lo importante es asegurarse de que estos no resulten en daños graves.
- Cultura Punitiva y Ocultación de Datos: La presión por alcanzar el “cero accidentes” puede inducir una cultura punitiva en la que los empleados oculten o subdeclaren incidentes por miedo a represalias o pérdida de incentivos. Esto no solo socava los esfuerzos de prevención, sino que impide el aprendizaje organizacional.
- Desmotivación a Largo Plazo: ¿Cómo se siente un trabajador después de un accidente en el segundo mes del año, sabiendo que el objetivo de “cero accidentes” ya no se cumplirá? Este tipo de enfoques puede desmotivar a los empleados, ya que perciben el objetivo como inalcanzable.
Conclusión
El cambio hacia una cultura preventiva orientada al “cero daños” es un paso crucial para cualquier organización que quiera mejorar su enfoque de seguridad y salud. Vision Zero, HOP, Safety II y Safety Differently comparten un mensaje común: la seguridad no se trata de evitar cada accidente, sino de crear un entorno donde los errores no resulten en daños irreversibles.
Es hora de dejar atrás los objetivos inalcanzables de cero accidentes y centrarse en un enfoque más humano y realista, donde el bienestar de las personas y el aprendizaje continuo sean la prioridad. La prevención efectiva no se logra con la perfección, sino con un compromiso sostenido y una cultura organizacional robusta.