Este es uno de los clásicos “dogmas” que existen con respecto a los problemas en cuanto a la seguridad y salud en las organizaciones. En muchas encuestas encontramos que es uno de los principales escollos con los que se encuentran los gestores de seguridad y salud.
Está claro que es una generalización que hemos observado que no es tal. Lo habitual es decir que la gente no “hace” seguridad porque no están motivados, es decir, porque en realidad no quieren. Pero al final está demostrado que la motivación no es fundamentalmente un problema individual sino organizacional.
Seguimos viendo muchos accidentes más allá de que la gente “no hace” prevención porque no quiere. Y no sólo nos encontramos con estas, sino con otras causas:
- Hay gente que tiene accidentes porque “no ve”. Es decir, porque no aprecian o perciben el riesgo, o porque simplemente existe una falta de atención al mismo. Y ello es un tema que no se puede achacar a la falta de motivación individual, sino que se puede trabajar organizacionalmente.
- Hay gente que no hace prevención porque “no sabe”. Es decir, que les falta información o formación, otro punto que debería trabajarse por parte de la organización.
- Otros no hacen prevención porque “no pueden”. No hay un diseño ergonómico de los puestos de trabajo, no hay recursos suficientes…
- Y hay gente que no trabaja de forma segura porque “no cree”. Es decir, que no están persuadidos lo suficiente y por lo tanto piensan que los procedimientos de seguridad son un estorbo, que su manera de trabajar es la correcta…
En la práctica, en cada empresa, suele haber de todos los casos pero en función de diferentes variables (tipo de trabajadores, sectores…) suelen ser más habituales unos que otros.
Si quieres saber más, sobre el tema, puedes escuchar este podcast: