Volvemos de nuevo a 28 de abril, celebración del Día Internacional de la Seguridad y Salud en el Trabajo, y la verdad es que este último año me ha pasado volando. Nuevos proyectos, nuevos retos, nuevas necesidades. Nunca antes habíamos precisado tanto talento, ni de tanta calidad. El plan estratégico de la compañía evoluciona favorablemente, por suerte (y por el trabajo que hay detrás, claro).
Mientras unos achacan todos los males a la externalización de servicios de prevención no se dan cuenta que las empresas que mejor funcionan siguen externalizando parcialmente su prevención. Se trata de cultura, no de recursos internos o externos.
Mientras algunos se preocupan de proposiciones no de ley, otros siguen creciendo en una línea próspera, firme, rica y enriquecedora.
Me alegro por mis amigos Salva, Gustavo, Montse, Helena, Aureli, Roser, Jorge, César, Mavia, …
Me alegro porque el sector vaya creciendo también de forma lenta pero sólida.
Me alegro por todos mis compañeros sin excepción y por nuestros excompañeros.
Pero crecer en una línea determinada implica disponer de personas capaces de gestionar cuentas complicadas, apasionantes, retadoras…. Y nunca antes habíamos invertido tanto tiempo y dinero en la búsqueda de estas personas que se apasionen, que crezcan con nosotros, que nos compartan su talento… Y nunca antes me había chocado tanto la escasez de talento en nuestro sector. Por todo ello, y sin que sirva de precedente, he decidido vengarme de todas las experiencias fallidas (;-)) publicando esta lista de razones por las que pienso que estamos en crisis de talento en seguridad y salud:
- Porque igual se han ido del país los mejores.
- Porque los directivos no sabemos motivar a nuestro equipo.
- Porque se ha formado a los técnicos más en la evaluación de riesgos que en el análisis y la gestión.
- Porque la tecnología crece mucho más rápido que lo que tardan los recursos humanos en formarse.
- Porque nos pasamos el día quejándonos pero no hacemos nada para remediar lo que motiva nuestras quejas.
- Porque no salimos de nuestra zona de confort.
- Porque nos da miedo crear.
- Porque nos aterroriza escribir.
- Porque no investigamos.
- Porque no salimos de la Ley, reglamentos y normativa diversa.
- Porque no caemos en que la evolución de la sociedad va siempre por encima de la de la Ley.
- Porque nos preocupa más el “me quedo para ver si mi empresa cierra y cobro algo de indemnización” que los proyectos de futuro.
- Porque hablamos de recursos humanos, y no de humanos con recursos.
- Porque valoramos más los currículums que a las personas.
- Porque seguimos buscando ingenieros cuando hoy en día nos serían más útiles sociólogos.
- Porque no prestamos atención a las competencias.
- Porque seguimos persiguiendo el cumplimiento de la Ley por encima de la prevención efectiva.
- Porque no capacitamos al personal en la gestión de las relaciones personales.
- Porque no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos.
- Porque no medimos.
- Porque como técnicos nos creemos superiores a quienes formamos, y deberíamos agradecer que nos dejen aprender con ellos.
- Porque el talento no sirve de nada sin el trabajo.
- Porque creemos que con ir a un curso ya seremos expertos en una materia.
- Porque no se trata sólo de aptitud, sino de actitud.
- Porque no sabemos trabajar por objetivos.
- Porque no tenemos orientación a cliente y enfoque a negocio.
- Porque no es nuestra prioridad fomentar la cultura preventiva.
- Porque al principio de escribir el post creía que no encontraría 28 razones y después de pensar sobre ello se me ocurren aún 28 razones más.
Por todo ello, celebraremos este día internacional de la seguridad y salud en el trabajo como el primero de un nuevo periodo de 365 días llenos de talento, empatía, optimismo, cultura preventiva y buen humor.
¡Feliz 28 de abril!
