Se acerca el día 28 de abril, día mundial de la seguridad y salud en el trabajo, y fecha en la que muchas organizaciones deciden celebrar su safety day o safety week (aunque ya os hemos comentado en alguna ocasión las ventajas de organizarlo fuera de estas fechas).
Organizar una semana o día de la seguridad es un ejercicio muy interesante para hacer visible el liderazgo en seguridad de la alta dirección de una organización y una buena manera de generar cultura preventiva. Pero debemos tener claros algunos aspectos que son los que nos ayudarán a que estos eventos no sean flor de un día y que además nos sirvan como plataforma de difusión de nuestra estrategia de seguridad y salud y concienciación y compromiso de nuestros compañeros de trabajo.
Propósito
Debemos tener muy bien definido el propósito y los objetivos del evento que vayamos a organizar. Éste debe ser seleccionado acorde al momento de madurez en cuanto a cultura preventiva en el que nos encontremos.
Error habitual: Dejarnos guiar por las modas. Querer dedicar un safety day a los “factores humanos” cuando no hemos tratado el tema anteriormente ni hemos realizado ningún tipo de charla previa. Según como se enfoque la jornada puede ser contraproducente. Posiblemente es mejor trabajar el tema en sí, y consolidar los conocimientos con el Safety Day o Week.
Participación
Es clave para que los colaboradores de la organización se involucren, puedan aportar algo respecto del evento de seguridad y finalmente participen en el mismo.
Hacer un concurso de eslogans, poder votar las actividades, involucrar a los equipos en la organización, etc
Error habitual: No contar con quien principalmente debe participar en el día o semana de la seguridad y acabar con una jornada descafeinada, sin demasiado quorum.
Pertenencia
Un buen proceso participativo nos hará ganar también en sentimiento de pertenencia, el llamado efecto Ikea que hará que los participantes valoren más lo que ellos mismos hayan ayudado a crear.
Error habitual: Ídem al anterior.
Experiencia
El hecho de organizar actividades en las que mayormente se realicen dinámicas en las que los participantes puedan experimentar lo que queremos transmitir es la mejor manera de concienciar en seguridad. No hay mejor modo de que nos quede un concepto grabado a fuego que haberlo vivido en nuestras propias carnes.
Error habitual: Realizar actividades basadas excesivamente en charlas, que pueden llegar a desconectar al participante y a no conseguir nuestro objetivo.
Novedad
En aquellas organizaciones en las que se lleven a cabo ya actividades experienciales, se debe intentar que cada año haya alguna novedad que motive que los participantes tengan ganas de descubrir qué les depara esta nueva actividad. Una nueva dinámica, un nuevo juego, una nueva forma de comunicar…
Error habitual: Repetir exactamente las actividades que nos han funcionado en un safety day anterior, y generar cierta decepción en los participantes por no disponer de este “efecto novedad”.
Perdurabilidad
Todo evento sobre seguridad debe querer ser algo sostenible y perdurable. No se trata solo de hacer algo diferente una semana o un día (es decir, trabajar de forma segura por un día), sino de que aquello en lo que hemos invertido recursos y tiempo, esté enmarcado dentro de un plan que lo haga sostenible. Los siguientes pasos más allá de la jornada, deben hacer referencia a lo que vivimos y aprendimos en el safety day, lo que nos ayudará a consolidar los conocimientos y compromiso. Será fundamental también poder medir en la medida de lo posible y sobre todo pedir opiniones a los participantes (qué les ha gustado, qué no les ha gustado y por qué).
Error habitual: Celebrar el safety day como una “seta” en el día a día de la organización, muy espectacular, eso sí, pero sin ninguna continuidad.
Si estás planteando organizar un día o semana de la seguridad, tenemos un amplio catálogo de actividades y de proyectos a medida. Si lo quieres organizar con tu equipo también te podemos ayudar con el enfoque. Contacta con nosotros.