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Hoy es casi ya innegable que la pandemia causada por el Covid-19 conducirá a una nueva crisis económica mundial, el FMI prevé una caída de la economía global del 3% en 2020, la mayor contracción desde 1930. Muchas empresas tendrán que apretarse fuertemente el cinturón y reajustar sus modelos de producción para ganar eficiencia.
Ante esta necesidad, la adopción de la filosofía Lean podría ser de nuevo la respuesta para muchas de estas empresas, como ya sucedió en la crisis del petróleo en los años 70.
Como vimos en anteriores posts, la filosofía Lean tiene como objetivo satisfacer las necesidades del cliente ofreciendo productos y servicios con la mejor calidad, en el menor tiempo de entrega y coste posibles, tomando como base la identificación y eliminación de desperdicios dentro del sistema productivo.
En resumen, estos desperdicios, también conocidos como despilfarros o mudas, no son más que actividades, recursos o cualquier aspecto de la organización que no aportan valor al producto o servicio ofrecido, siendo causa de ineficiencias y costes para la empresa que habrá que identificar y eliminar para aumentar la productividad y la competitividad.
A priori, aunque estas pueden resultar razones más que suficientes para que nos esforcemos en la identificación y eliminación de los desperdicios, no deberían ser las únicas.
Los desperdicios también tienen su repercusión sobre las condiciones de Seguridad y Salud de los trabajadores, como os mostraremos en este post.
Los 7+1 desperdicios
Para ayudar con la labor de identificación y eliminación, Taichi Ohno, padre de la filosofía Lean, clasificó los desperdicios en siete categorías, a los que debemos añadir una octava, referida al talento, cortesía de los economistas e investigadores, Womack y Jones.
Así, teniendo en cuenta esta clasificación, explicaremos cómo cada uno de estos despilfarros podrá ser cómplice de la aparición de riesgos para la Seguridad y Salud de los trabajadores.
- La sobreproducción implica producir más de lo necesario, haciendo que los trabajadores tengan que hacer frente a un mayor volumen de trabajo, pudiendo generar una sobrecarga tanto física como mental; una exposición innecesaria a diferentes riesgos; o el deterioro de los equipos de trabajo al verse forzados pudiendo ocasionar accidentes.
- Las esperas o tiempos muertos debidos como por ejemplo, a las esperas de material o las paradas por avería, pueden llevar a la adopción de prácticas inseguras, como correr o saltar por alto las medidas de seguridad, si el trabajador se sintiese presionado por recuperar el tiempo “perdido”, como en muchas ocasiones sucede. A su vez las esperas innecesarias junto a determinados puestos de trabajo, como aquellos en los que hay desprendimiento de gases tóxicos o un exceso de ruido, puede ser aún más perjudicial para la salud del trabajador.
- El transporte en exceso de material de un lugar a otro lleva asociado un mayor tránsito de personas y vehículos. Esto, por ejemplo, en un almacén logístico donde se sumen la sobreproducción con una mala distribución en planta, harán aumentar el número de carretillas que irán de un lado a otro con escaso control, elevándose el riesgo de accidentes por atropello.
- El sobreprocesado implica la realización de tareas que no son necesarias, provocando que los trabajadores se vean expuestos a determinados riesgos que podrían eliminarse si estas tareas directamente no se realizasen. Por ejemplo, la operación de lijado para quitar el exceso del baño de plomo de una pieza cualquiera puede ocasionar polvo tóxico que puede inhalarse o entrar en contacto con la piel, pudiendo eliminarse si a la misma se le diese solo el baño justo y necesario.
- El exceso de inventario o stock, normalmente generado por la sobreproducción, conlleva una reducción del espacio de trabajo, aumentando así el riesgo por golpes, tropiezos o desplomes si no se almacenase correctamente. Pero no solo eso, también existirá un sobreesfuerzo añadido para el trabajador al tener que mover dicho excedente de un lugar a otro para su almacenamiento.
- Los defectos pueden venir derivados de fallos y averías en los equipos de trabajo, que además de generar productos defectuosos también pueden ser causa de accidentes. Por ejemplo, tras una avería por atasco es posible que se generen piezas defectuosas o desechos que habrá que retirar del equipo, pudiendo dar lugar a atrapamientos o cortes si no se tomasen las medidas de seguridad oportunas.
- Los movimientos innecesarios de personas o equipos como por ejemplo, el ir a por una herramienta a otro lugar o estirar continuamente los brazos para realizar una operación cualquiera, son ineficiencias normalmente derivadas de un diseño inadecuado del puesto de trabajo, que pueden dar lugar a la aparición de trastornos musculoesqueléticos, además del estrés que puede causar el tener que ir de un lado a otro a buscar material.
- Por último, el desaprovechamiento del talento, el conocimiento y la experiencia de los trabajadores desde el punto de vista psicosocial, puede provocar la desmotivación entre los trabajadores al no permitirles participar, por ejemplo, en la toma de decisiones, la propuesta de ideas o la propia identificación de riesgos.
Teniendo un poco más clara la importante repercusión que estos desperdicios también tienen en la Seguridad y Salud. Os animamos a identificar y eliminar los 7+1 desperdicios de vuestra organización como oportunidad para mejorar las condiciones de Seguridad y Salud, utilizando para ello las herramientas y técnicas Lean Safety que por nuestra parte iremos compartiendo en nuestro blog.
Por supuesto, si tenéis alguna duda poneos en contacto con nosotros. Estaremos encantados en ayudaros a mejorar tanto vuestra Seguridad y Salud como vuestros procesos con la metodología Lean Safety.
Imagen portada por Arshad Pooloo en Unsplash
Fotografía de portada de Arshad Pooloo