El clima preventivo es la expresión del equilibrio entre las demandas de producción y los objetivos en salud y la seguridad. Si la productividad se favorece de forma prioritaria a costa de la seguridad, los empleados percibirán como prioridad de la organización la productividad y alinearán sus comportamientos en consecuencia y tomarán atajos vulnerando las normas de seguridad. A la inversa, si en situaciones de conflicto entre productividad y seguridad la dirección se decanta por el principio de que “aquí trabajar y trabajar con seguridad son siempre la misma cosa”, las personas perciben el clima de seguridad y la probabilidad de que un trabajador se salte las normas de seguridad se minimiza.
La cultura preventiva se considera como la tercera oleada en la evolución histórica del esfuerzo preventivo por la salud y seguridad en el trabajo, tras la orientación a la mejora tecnológica (primera oleada) y a la mejora de los sistemas de gestión (segunda oleada).
Los sistemas técnicos y de gestión, con ser necesarios, no pueden garantizar la efectividad de la prevención sin la participación de personas, conscientes, motivadas e implicadas en el objetivo de controlar de forma continuada los riesgos del trabajo. Los sistemas de gestión funcionan mejor cuando las personas los comprenden, los comparten y están motivadas.
Las empresas que no ven la prevención más allá del cumplimiento de las normas quedan atrapadas en el atolladero de la mediocridad. Del mismo modo, la excelencia en salud y seguridad no se consigue a base de presión o de vigilancia permanente sobre el trabajador, sino promoviendo una cultura de liderazgo. Todo empieza, pues, por el vértice de la pirámide: la cultura preventiva va ‘de arriba a abajo’.
Los directivos pueden tener una influencia efectiva en la cultura preventiva de su organización si son capaces de generar relaciones de confianza con los trabajadores y practican un liderazgo basado en el ejemplo en sus propias actuaciones y en el reconocimiento del esfuerzo de los mandos y trabajadores.
Este es un extracto de la guía de “Cultura preventiva y buenas prácticas” que elaboramos en su momento para Foment del Treball.