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Si se tiene la oportunidad de viajar a Japón es posible que acabe usando la estupenda red de transportes ferroviarios japonesa. En tal caso puede que observe varios comportamientos llamativos para los occidentales. Antes de iniciar la marcha, el maquinista lleva a cabo una serie de rituales durante la ejecución de las tareas, hablando en voz alta y señalando con el dedo a varias partes del tren y del andén.
Esta práctica tan llamativa está enteramente relacionada con la seguridad. No es nuevo: se aplica desde hace décadas en Japón. Se introdujo en el sector ferroviario de este país y hoy en día se ha extendido a varios países y a diversos sectores. Incluso es posible observar una práctica parecida entre los maquinistas del metro de una ciudad tan distinta culturalmente como es Nueva York (Estados Unidos).
Se trata de un método de origen japonés dirigido a evitar errores mediante un procedimiento de comprobaciones y verificaciones que emplean varios sentidos (vista, oído, tacto) y permiten al trabajador transformar una tarea más o menos automática en algo completamente consciente y ejecutado de forma mucho más segura y libre de errores.
Yubisashi kosho o Finger Pointing and Calling (FPC)
Este método es conocido en japonés como yubisashi kosho, o shisa kanko, conocida como “finger pointing and calling (FPC)” en inglés o comprobación mediante la pronunciación y la indicación con el dedo en su traducción al español. Las experiencias y estudios realizados hasta la fecha indican que con su aplicación se ha logrado disminuir más del 80% del número de errores cometidos, según el Instituto Japonés de Investigación Técnica del Ferrocarril.
Este método tan potente realmente consiste en algo tan sencillo en apariencia como:
- Mirar algo.
- Señalarlo con el dedo.
- Comunicar una observación en voz alta.
- Escuchar nuestra propia voz realizando la observación.
Base neurológica del Finger Pointing and Calling (FPC)
Durante la ejecución del Finger Pointing and Calling (FPC) se le pide al cerebro que observe, que lleve a cabo un movimiento con el brazo y que articule la boca para expresar una observación, para lo que es preciso poner a trabajar a varias regiones del cerebro (habla, movimiento vista) simultáneamente.
Su efecto es que favorece la activación, la alerta y la atención sobre el entorno, evitando descuidos, somnolencia y pérdida de concentración.
Actuando sobre los comportamientos: del trabajador a la organización
Las empresas comprometidas con la seguridad demandan actuar sobre los comportamientos.
Dentro de nuestro sector es muy conocido que las empresas que han progresado en materia de seguridad y salud tanto como para no sufrir accidentes graves, afrontan ahora el reto de ir más allá y lograr reducir los accidentes con baja e incluso los incidentes.
Más allá de los lemas del tipo “Cero Accidentes”, “Cero Incidentes”, controvertidos y discutidos por los prevencionistas, es evidente que se requieren métodos y sistemas validados y especializados que permitan llegar a la esencia de la seguridad y la salud: el trabajador y la organización. Más allá de actuaciones puntuales, llamativas, sin continuidad. La aplicación de herramientas comos las 5S, el Pointing and Calling, las Observaciones Programadas del Trabajo, las Inspecciones de Seguridad, las Observaciones Etnográficas y otras muchas requieren de un sistema que impregne la esencia de la empresa, aguas arriba (supervisores y directores) y aguas abajo (trabajadores).
La toma de consciencia hacia su seguridad por parte de los trabajadores, el aprendizaje sobre cómo se construye un accidente, sobre cómo identificar peligros y sus riesgos, cómo eliminarlos, controlarlos y reportarlos, tiene un efecto extraordinariamente positivo en seguridad y salud.
Hemos hablado a menudo de la curva de Bradley: la interdependencia no se da por casualidad ni de forma espontánea. Para que florezca hay que sembrarla, cuidarla, regarla, abonarla y quererla. Y eso no es cosa de uno ni de dos. Es cosa de todos. Y cuando un cambio afecta a toda la organización, quien debe liderarlo es el máximo responsable de la misma.
El reto intercultural
¿Se puede aplicar sin más el FPC en Occidente? ¿Nos vemos a nosotros mismos haciéndolo? Hay rasgos culturales, creencias, difíciles de superar, que pueden dificultar su implantación. SIn embargo los estudios que se han realizado comparando el Finger Pointing and Calling (FPC) con el denominado Imaginated Pointing and Calling (IPC) han tenido éxito. Por ejemplo, cuando se ha aplicado FPC a la tarea de conducir un vehículo se ha visto que el efecto sobre la atención y el comportamiento seguro es equivalente en ambos casos. Sin embargo conduciendo es más seguro aplicar IPC a la conducción porque por ejemplo evita perder contacto con el volante.
De entrada, otra línea de desarrollo innovador abierta consiste en el uso de wearables para controlar la ejecución del Finger Pointing and Calling (FPC) y del Hand Pointing and Calling (HPC).
¿Seremos capaces de adaptar el FPC, o el IPC a nuestros procedimientos de trabajo, a nuestras organizaciones, para lograr una mayor seguridad? Seguro que sí.