El día ha llegado. Llevas mucho tiempo trabajando duro para este momento. Has estado desde hace años desarrollando tus tareas como técnico de prevención. Has llevado a cabo actividades de concienciación con los trabajadores. Has elaborado procedimientos. Has supervisado trabajos. En el día a día has hecho todo lo posible para que la gestión preventiva fuera la más adecuada. Y con ello, desde tu humilde puesto de técnico de prevención, poco a poco has conseguido que la cultura preventiva se vaya afianzando en la organización.
El esfuerzo ha tenido su fruto. Aparte que has conseguido mejorar las condiciones de seguridad y mejorar el bienestar de los trabajadores (que es lo más importante), una gran compañía se ha fijado en ti y te ha ofrecido tu trabajo deseado: un puesto para gestionar el área de prevención de su compañía.
Pero quince días después estás descubriendo que esto no es tan fácil como pensabas. Tú estás acostumbrado a desarrollar acciones preventivas, a realizar formaciones, a evaluar… Pero ves que esto de la gestión es más complicado de lo que pensabas. Te sientes algo perdido e incómodo.
Seguro que esto que te estamos comentando te suena conocido. A lo mejor lo has vivido o conoces a alguien que haya pasado por esto. Por eso te vamos a dar 5 ideas que te pueden ayudar en este nuevo camino.
1. Realiza una gestión del cambio adecuada. Seguro que ahora estás pensando que eso ya lo tenías claro. ¿A qué nos referimos con esto? Pues a que la situación que estás viviendo tú, también la está viviendo tu entorno. Siéntate con las personas con las que vas a trabajar (tu equipo). Tranquilízalos. Analiza sus inquietudes. Analiza sus necesidades. Conviértelos en aliados y motores del cambio. Su conocimiento de la organización es vital. Es gente con la que estarás en tu día a día y que creceréis de forma conjunta.
2. Analiza qué se hace, cómo se hace y por qué se hace. Debes buscar tiempo para analizar la organización. Los procesos. Las relaciones. Baja a campo con mentalidad abierta y con ganas de conocer y aprender.
Pero no bajes solo con mentalidad de observar y aprender. Es vital hablar. Hablar con los mandos, con los encargados, con los trabajadores, con las empresas contratistas… Hablar y conocer los procesos e interacciones de forma adecuada. Dialogar, dar feedback y empezar a dar mensajes clave. Y por supuesto empezar a detectar tanto las cosas que se hacen bien cómo las oportunidades de mejora.
3. En todo este proceso es indispensable identificar las personas clave de la organización que van a ser nuestro apoyo. ¿Qué directores nos ayudarán? ¿Qué personas del comité? ¿Qué áreas necesitaremos? Son preguntas que nos debemos hacer. Empieza a buscar aliados que te ayuden en tu objetivo: mejorar la cultura preventiva de la organización.
4. Define una visión que permita crear un valor compartido. El objetivo que buscamos. ¿Qué queremos conseguir? ¿A dónde queremos llegar? A la hora de definir dicha visión, analiza el estado de situación del que partimos y ten en cuenta a las personas de la organización. Y aprovecha todas las conversaciones que tengas para difundirla.
5. Disponer de visión sin estrategia no vale de nada. Define tu estrategia preventiva. Analiza qué ocurre en tu nueva organización y adapta sus ejes a la situación de esta. Define sobre qué puntos clave te vas a centrar: cultura, liderazgo, personas, posicionamiento, digitalización…
Si quieres saber más no dudes en escuchar este podcast. Y si quieres que te ayudemos en esta apasionante aventura, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.