Seguimos con la serie de entradas dedicadas a ofrecer soluciones express para ayudar a los trabajadores en movilidad, basados en el manual práctico para adaptar los puestos de trabajo a la movilidad, proyecto que desde PrevenControl llevamos a cabo para la CEOE.
Hoy trataremos las posibles soluciones ergonómicas a aplicar en vehículos (públicos y privados).
Al igual que en trenes de cercanías o metro, se suele viajar en vehículo recorriendo distancias cortas, hecho que muchas veces limita la forma de trabajar durante el trayecto.
Si vas a trabajar mientras te desplazas en automóvil, siéntate siempre en el asiento trasero, puesto que vas a tener mayor amplitud que en el asiento del copiloto y esto te permitirá estar más cómodo.
Una vez sentado:
- Si colocas tu maletín o mochila sobre tus piernas, y sobre estos tu ordenador, aumentarás la altura de la pantalla.
- Si no tienes mochila o maleta, dentro del vehículo podrás encontrar otros elementos, como una carpeta de discos, una guía de mapas, un callejero…, que por su volumen, también te servirán de ayuda.
- En caso de que el asiento no disponga de reposabrazos central, el maletín o mochila también te podrán servir para apoyar ambos antebrazos.
- Usa el reposabrazos central para apoyar uno de los brazos (si eres diestro colócate en el lado izquierdo y si eres zurdo, en el lado derecho).
- Coloca debajo de tu otro brazo, una chaqueta enrollada por ejemplo, que te permita apoyarlo con suficiente altura para trabajar.
- Si la luz exterior entra directamente a través de la ventanilla, produciendo deslumbramientos molestos:
- Coloca una chaqueta, jersey…. atado al agarradero superior del vehículo (situado encima de la ventana).
Si necesitas máxima concentración:
- Pídele al conductor que reduzca el volumen de la radio o directamente la pare.
Si te mareas en el coche:
- Si es de forma habitual, procura reducir el uso del PC y sólo revisar emails y realizar llamadas.
- Si es en un momento puntual, deja de mirar a la pantalla durante un tiempo y abre la ventanilla.
- También puedes optar por mover las piernas, intentando simular que caminas (de ésta forma envías una información subjetiva a tu cuerpo para “engañarle” conforme te estás moviendo).